El robo con violencia es un delito contemplado en el Código Penal chileno y se configura cuando una persona sustrae una especie mueble (bien físico) ajena, utilizando fuerza física sobre las personas para lograr su objetivo o para asegurar el éxito del robo o la huida.
Este delito se diferencia del robo con fuerza en que la violencia recae directamente sobre la víctima, por ejemplo, a través de golpes, intimidación o uso de armas. También se incluye dentro de esta figura el robo con intimidación, donde el autor amenaza a la víctima con causarle daño para obtener el bien.
El procedimiento judicial comienza con la denuncia, y corresponde al Ministerio Público (Fiscalía) dirigir la investigación. Este delito es perseguido de oficio, es decir, no se requiere que la víctima presente querella para que se inicie el proceso.
Las penas varían según las circunstancias, como la gravedad de la violencia utilizada, el uso de armas, si hay lesiones, cuántas personas participaron o si hubo reincidencia. El delito de robo con violencia tiene una pena base de presidio mayor en su grado mínimo a medio (5 años y un día a 15 años), que puede aumentar dependiendo de los agravantes.
Este delito es considerado grave y no admite penas sustitutivas si se aplican penas privativas de libertad superiores a cinco años, lo que significa que generalmente se cumple en forma efectiva en prisión.